Una nueva oportunidad en tu mercado

Vivimos en unos tiempos dormidos de los que nos cuesta despertar. A caballo entre dos generaciones muy dispares, ”los de en medio » empezamos a limpiarnos las legañas. Cada vez más conscientes de que somos el nexo entre unos padres de época lejana y nuestros hijos futuristas; conscientes de que esta sociedad de estrés, en la que desesperadamente buscamos el confort, no nos ha ayudado a pensar y transmitir nuestro legado; parece que llega, por fin, el momento de unir los cabos. Está en nuestras manos y no en otras esa responsabilidad. Se lo debemos a nuestros mayores, a nuestros hijos; pero sobretodo, a nosotros mismos… ¿Qué hacían bien antes esos abuelos? ¿Qué hacen bien ahora esos nietos? Qué duda cabe que nuestra posición central es la mejor para poder hacer balance. Si se supone, en el mejor de los casos, que venimos a este mundo a aprender y a mejorar, ¿por qué no contribuir a esta hermosa causa? ¿Por qué no intentarlo? ¿Por qué no despertar?

Esta reflexión, que podría tomar diferentes caminos…en mi caso, la dirijo hacia el camino del trabajo, concretamente al de nuestra alimentación. Para mí, el Mercado ha sido esa máquina del tiempo que me permite cerrar el círculo entre padres, hijos y nietos, un legado familiar, y cultural. Yo pertenezco a esa época en que se iba a comprar a la plaza. Mis padres eran del campo y me enseñaron a vivir en la ciudad sin olvidar esas raíces de la vida natural. En aquel entonces, era posible. Luego, la ciudad se volvió muy ciudad. Se inventó el Súper, la mujer se fue incorporando cada vez más al mundo laboral, y entre tanto nos volvimos más superficiales… digamos que ciertas tradiciones se alteraron y ahí empezó el sopor del que os hablaba al principio. Yo misma he estado dormida muchos años. Por suerte o casualidad, la vida me situó de nuevo en un mercado; el Mercat del Ninot.  Comencé a recordar… y mis ojos se abrieron como ventanales. También mi corazón.

Bajo mi punto de vista, estamos en un momento de transición. Con más información y servicios que nunca, resulta que contamos con menos tiempo y menos energía para dedicarnos a nuestros pequeños… Por no hablar de lo difícil que es que las personas nos animemos a cambiar, porque escoger la mejor opción, la que nos sale de dentro, además de ser un poco caro la mayoría de las veces, es arriesgado. Pero es ahí donde estamos. En el envite de tomar nuevos caminos que nos lleven a un futuro de prosperidad, que sabe conservar lo bueno del pasado y escoger lo bueno del presente. Pues bien, los Mercados siguen siendo ese lugar donde el vínculo de confianza entre las personas, ese que a veces nos falta, sobrevive. Puedes mirar a los ojos del que te está vendiendo, escuchar su conocimiento sobre el producto que te ofrece, o hablar de cosas de la vida; entender y sentir que te estás alimentando de la manera más sana. Si tienes eso, tienes mucho; tienes salud. El Ninot me ha traído a La Salut. De Barcelona a Badalona. De Mercado a Mercado. El producto, el mismo: huevos. Pero solamente huevos. De lo más variados; mimados uno a uno con manos artesanas, y los más frescos, digo humildemente.

Este septiembre, mis hijos empezaron un nuevo curso escolar y yo con ellos, empecé un nuevo curso en mi vida. La parada «Ous la Salut» en el Mercado de La Salud desea que Badalona pueda disfrutar al máximo de un alimento tan importante y básico como son los huevos, huevos tratados con cariño… de momento, no os digo más. Tendréis que venir a verme.

Sandra Alcalá

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Federació d'Associacions de Veïns de Badalona

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