Recuperar los mercados

Mercat de La Salut al costat de la plaça del Ché

Desde hace bastantes años (no es algo nuevo), los mercados tradicionales, tanto públicos como privados, han venido arrastrando una pérdida continua de su actividad y, por tanto, de ventas, consecuencia que incluso ha originado el cierre de algunos de ellos.

Excusas, mil y unas, argumentos razonados pocos, escasos y faltos de autocrítica de las partes implicadas (todas en general), aunque unas más que otras.

No es cierto que la desaparición de algunos mercados o el detrimento de otros, se deba en exclusiva a la aparición de grandes superficies o grandes complejos comerciales. Es cierto que es un factor determinante, muy importante, pero no el único. A mi juicio son muchos, pero básicamente tres los motivos que han ocasionado este declive de los mercados tradicionales son:

En primer lugar, el citado, la llegada de las grandes superficies comerciales acompañadas de zonas de ocio y recreo donde uno no solo va a comprar, también va al cine, mientras te arreglan el coche o simplemente vas a la peluquería. Todo en un pack, todo en el mismo sitio, sin problemas de aparcamiento, en horario mañana y tarde y para toda la familia.

En segundo lugar, la falta de visión de muchos comerciantes, algunos de ellos poco profesionales, incapaces de autocriticarse, para ser capaces de evolucionar en lo que demanda la sociedad, los clientes, la nueva realidad, una competencia mucha más grande, mucho más feroz y sí, capaz de adaptarse a los cambios desarrollados. Reflexiones en torno a la necesidad de competir para ganar espacio, pero solo sobre la base de aquello que les hace fuertes frente a las grandes superficies, hablamos del trato humano y directo al cliente. En inferioridad de condiciones gana el grande (política de horarios, etc.). Por tanto, es necesario competir en igualdad de condiciones, dando un salto adelante y teniendo los mismos horarios que la competencia, porque a iguales condiciones, el plus añadido de trato directo al cliente suma más. Y solo es el ejemplo de horarios, pero hay más, muchos más.

En tercer lugar, la falta de implicación de las administraciones públicas en lo que respecta los mercados municipales. Una visión corta y reprimida, donde los mercados eran más como algo de obligado cumplimiento, en vez de sentirlo como algo propio que además de ser en muchos casos obligatorio, era muy importante para el desarrollo de los pueblos y ciudades. Un plus añadido a la ciudad, pero no, las administraciones y en nuestra ciudad somos un vivo ejemplo, los mercados municipales han sido más objeto de clientelismo político por parte de las administraciones, que ante la poca capacidad de respuesta de los concesionarios, han hecho posible que hoy Badalona, tenga que replantearse el tema de los mercados. La falta de implicación más allá del rédito electoral, la dejadez, la incapacidad de las fuerzas políticas de blindar algo de todos y no del concejal de turno, etc.

Tenemos un debate abierto, donde todas las partes deberían de reflexionar, pero cada vez queda menos tiempo.

Es necesario primero decir con claridad si son necesarios los mercados públicos existentes, si son necesarios más o hay que cerrar algunos, si de verdad la administración será valiente y apostará por una reforma integral de TODOS los mercados, generando una reestructuración de todos ellos adecuando a las nuevas necesidades. Habrá que saber si los comerciantes, son capaces de autocriticarse, para avanzar, ponerse al día, aceptar las nuevas realidades, los nuevos horarios comerciales, en definitiva, adaptarse y evolucionar para ser competitivos o morir absorbidos.

Es un análisis simplista si, donde se dejan muchas cosas en el tintero, pero donde, o se consigue reflexionar de forma urgente, o no habrá tiempo. Es necesario la implicación de todas las partes, pero sobre todo, empezando con una razonada autocritica que facilite la salida.

Juan Luis Valverde Manzanedo

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